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El placer de llorar

  Hay veces que me siento sobrepasada por mis roles de madre y esposa. Hay veces que quisiera huir, estar lejos de la familia que con tanta ilusión formé. Me he estado enfermando y no es calidad de vida vivir así. Necesito recuperarme a mí misma. Recordar mis pasiones, recordar y revivir a la mujer que se ha perdido en el camino. ¿Dónde estoy? , ¿F. dónde estás? Quisiera responder que estoy bien y a mejor nivel, lo único que me mantiene con fe es saber que tras las vicisitudes y el malestar siempre viene la calma y algo mejor.  Max, mi hijo mayor, ha sido para mí un reto constante. No niego que me hace pegar rabietas y soltar lágrimas de frustración… ¿cómo puedo ayudarle? ¿Cómo puedo conectar más con él? ¿Qué necesita de mí? A veces no puedo evitar sentirme una mala madre por mis pensamientos, esos que me llenan la cabeza con la necesidad de alejarme de ellos, de buscar paz, de sentirme serena y tranquila en otro lado, de olvidarme por un momento de caos y de gritos, de estrés y de est